Arándanos

 


Nombre común: Arándanos

Nombre científico: Vaccinium myrtillus



Se trata de arbustos erectos o rastreros, con altura variable según la especie (0,3 a 7,0 m), de hojas alternas, caducas o perennes, y de una gran longevidad, pudiendo superar los 50 años en muchos casos.

A continuación nos vamos a referir básicamente a las dos especies que tienen más importancia para nuestra región, desde el punto de vista económico, V. corymbosum L. y V. ashei Reade. Ambas, muy similares en cuanto a su cultivo se refiere, están perfectamente adaptadas a las condiciones edafoclimáticas de Asturias.

Si hubiera que destacar una propiedad entre las múltiples que tienen los arándanos, las pequeñas bayas de color azul oscuro o rojo que han conquistado el mundo, es su alto contenido en antioxidantes, unas sustancias que previenen el envejecimiento celular y aportan múltiples beneficios para la salud, puesto que neutralizan los radicales libres. 

De hecho, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos lo incluye como el alimento de mayor poder antioxidante entre 40 vegetales analizados, gracias a la acción combinada de sus ácidos orgánicos y las 15 antocianinas que les confieren su peculiar color (entre las que destacan la mirtilina, la cianidina, la definidina, la malvidina, la peonidina y la petunidida). 

 
Lo cierto es que su composición y valor nutricional son un tesoro para nuestra salud, y además, los arándanos son bajos en calorías, 100 gramos de nos aportan 46 calorías. No dejan de aparecer estudios que revelan sus efectos beneficiosos para la salud, incluso algunos investigadores los han calificado de “la fruta del siglo XXI”.

Se pueden comprar frescos, congelados, desecados, prensados, en zumo o gelatina. La mayoría de expertos coincide en que los congelados mantienen las vitaminas y antocianinas. En cambio, los desecados y los calentados para elaborar mermelada o zumo pasteurizado pierden mucha vitamina C. Suelen tomarse de postre, pero también en zumos u otras preparaciones para el desayuno. Las combinaciones con frutas siempre dan buen resultado. Se puede optar por frutos rojos, como fresas, frambuesas o grosellas, o elegir un contraste con mango, manzana, o piña.

Raíz: El sistema radical es superficial, situándose el 80% de éste en los primeros 40 cm, tiene raíces finas y fibrosas que se caracterizan por la ausencia de pelos absorbentes. Entre las raíces y la parte aérea se encuentra la corona, que tiene la capacidad de emitir brotes. En la mayoría de los casos se asocia de forma natural con una micorriza formando una simbiosis, traduciéndose ésta en un mayor desarrollo vegetativo. Es sensible al encharcamiento en suelos pesados.

Hojas: Simples, alternas, cortamente pediceladas, forma elíptico-lanceoladas de unos 5 cm de longitud, caducas, de un color verde pálido a muy intenso según cultivares, ligeramente dentadas y finamente nerviadas por el envés. Es típica la coloración rojiza que adquieren en el otoño.

Flores: Axilares o terminales, en racimos de 6 a 10 en cada yema, sépalos persistentes, corola acampanada blanca con tonos rosas en algunos cultivares, formada por 4-5 pétalos fusionados, 8 a 10 estambres con anteras aristadas o no, prolongadas en tubos terminales con una abertura en el ápice, un pistilo simple, ovario ínfero, de 4 a 10 lóculos. El número de yemas de flor que puede desarrollarse en una rama de un arbusto del grupo “highbush” parece estar relacionado con el grosor de la rama, con el cultivar, así como por la influencia de varios reguladores de crecimiento.

Fruto: Es una falsa baya esférica de 1 a 3 cm de diámetro, con un peso de 0,5 a 4,0 g y varias semillas en su interior, 20 a 100, cuyo número está relacionado de forma positiva con el tamaño del fruto. Los frutos, a medida que maduran, pasan por distintos grados de color, adquiriendo el tono azul característico al finalizar la maduración. A su vez, la epidermis del fruto está cubierta por secreciones cerosas, que le dan una terminación muy atractiva. Los frutos más cercanos a las ramas son más grandes que los distales, y su tamaño se ha relacionado también con el vigor de la rama, es decir, ramas más vigorosas generalmente producen frutos mayores. Además, los primeros frutos maduros de un cultivar a menudo son mayores que los que se recogen más tarde. Dos características comercialmente relevantes del fruto son: la cicatriz que queda al desprenderse el pedúnculo, que debe ser pequeña y seca a fin de dificultar la acción de los patógenos, y la firmeza, que está muy relacionada con el grosor de la epidermis.

 

 

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