Nombre común: Madroño
Nombre científico: Arbutus unedo
El madroño, conocido
científicamente como Arbutus unedo, es una especie de arbusto que
llega a alcanzar, de forma excepcional, los 7 metros (siendo lo habitual los 4
o 5). Este pequeño árbol se caracteriza por presentar un tronco rojizo
cubierto de “escamas” grisáceas.
El madroño tiene un follaje
perennifolio, es decir, sus hojas se mantienen en las ramas durante todo el
año, incluso en la época de seca (otoño e invierno).
Si estás buscando una especie que
decore con un precioso verde tu jardín, el Arbutus unedo es una
opción muy a tener en cuenta. Las hojas son verdes brillantes en el haz y
verde mate en el envés. Por lo general, son ovaladas (elípticas o lanceoladas).
El madroño desarrolla unas flores
blancas tirando a rosadas, en forma de campana, pequeñas y de una gran belleza.
Florece en otoño y estas flores crecen en ramilletes colgantes, lo que las hace
aún más bonitas.
El madroño cuenta con unos frutos
(bayas) que en un principio tienen una tonalidad amarilla-anaranjada para
luego tornarse rojos cuando han alcanzado la madurez. Quizás no lo sepas,
pero los frutos tardan hasta 1 año en madurar, de ahí que muchas veces se
consiga tener flores y bayas al mismo tiempo.
Con el madroño podrás disponer de un
jardín siempre verde, colorido durante el otoño y el invierno y con unos
preciosos frutos que también sirven para decorar.
El madroño es un arbusto grande, de
unos tres metros de altura, aunque en buenas condiciones puede
alcanzar diez o más.
Presenta la copa ancha y
redondeada, la corteza pardusca, que se desprende en capas, ramas jóvenes
rojizas y hojas duras y lustrosas.
La corteza es rica
en taninos. Las hojas, y también otras partes de la
planta, contienen arbutina, un glucósido que al hidrolizarse por la acción
de la flora bacteriana del intestino libera hidroquinona, que se elimina
con la orina, siendo útil en caso de infección urinaria.
Las flores aparecen en
panículas colgantes y tienen forma de pequeñas campanillas o urnas
blancas. Los frutos son las cerezas del
madroño, comestibles y muy gustosas; y contienen pectina,
flavonoides, azúcares y ácido gálico.
Florece tras las últimas lluvias
de verano o ya en otoño, y el fruto aparece un año después,
coincidiendo con la siguiente floración.
Junto a encinas, brezos, lentiscos y
coscojas, el madroño (Arbutus unedo) forma parte del típico paisaje
mediterráneo de matorrales densos, a veces impenetrables, que cubre buena
parte de España, sobre todo en terrenos silícicos (granito). También son muy
conocidos sus "parientes": el madroño canario (Arbutus
canariensis), que se comporta como especie invasora; o el madroño
mexicano (Arbutus tessellata). El llamado madroño chileno, en cambio,
es una especie diferente (Escallonia pulverulenta).
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